Se evitarán golpes que puedan provocar deformaciones.
Se comprobará la ausencia de objetos extraños en las guías.
Se regulará el mecanismo eléctrico en las de cierre automático.
En los cierres enrollables se evitarán los movimientos bruscos de apertura o cierre que provocan golpes al final del recorrido. En estas operaciones conviene sujetar con el pie el travesaño final del cierre, con objeto de que el encaje de las cerraduras se produzca suavemente.
Los cierres extensibles se desplazarán con suavidad, evitando tirones bruscos y golpes al final del recorrido.
PRESCRIPCIONES
Si se observara cualquier tipo de anomalía, rotura, deterioro de las cerraduras y piezas fijas o de los elementos mecánicos o móviles de las lamas y perfiles, deberá avisarse a un técnico competente.
PROHIBICIONES
No se utilizarán productos abrasivos, ácidos, productos químicos o disolventes orgánicos como la acetona en su limpieza.
No se apoyarán objetos pesados ni se aplicarán esfuerzos perpendiculares a su plano.
No se colgará de las lamas, barras o grapas ningún objeto ni se fijará sobre ellas.
MANTENIMIENTO
POR EL USUARIO
Cada 3 meses:
Limpieza de las lamas, perfiles y barras, según el material y su acabado, para lo que basta normalmente una esponja o paño humedecido o algo de detergente neutro, procediendo con suavidad para no rayar la superficie.
POR EL PROFESIONAL CUALIFICADO
Cada 6 meses:
Engrase de las guías (con pincel y aceite multigrado), engrase de elementos de giro, mecanismos de accionamiento, bombines, cerraduras y cualquier parte móvil del cierre (con aceite ligero).
Revisión de los herrajes de colgar (engrasándolos con aceite ligero si fuera necesario), del estado de los mecanismos y del líquido de freno retenedor, en su caso, y del estado de los elementos del equipo automático.
Comprobación y regulación de la tensión de muelles y cables.
Cada año:
Renovación de la pintura de los elementos metálicos de los cierres, en ambientes agresivos.
Inspección del estado de las lamas, perfiles, barras, grapas, guías, montantes y travesaños, para detectar posibles roturas y deformaciones, así como pérdida o deterioro de la pintura o tratamiento externo anticorrosivo; inspección del buen estado de conservación y funcionamiento de las cerraduras, tornos de enrollamiento, bulones y ruedas de desplazamiento sobre las guías.
Revisión y engrase de los herrajes de cierre y de seguridad.
Cada 3 años:
Renovación de la pintura de los elementos metálicos de los cierres, en ambientes no agresivos.
Revisión de los muelles, en el caso de sistemas de cierre con muelles.
